El reciente
1 de mayo fue ocasión de una profunda, general y excelente presentación por
parte del PIT-CNT del escenario global, regional y nacional. El discurso, prácticamente impecable, tuvo muy celebrables
pasajes: el reconocimiento a las muchas cosas que han pasado, el rechazo a la
rebaja de la edad de imputabilidad y la apuesta al trabajo como política de
juventud, el endurecimiento de las penas a los traficantes de pasta base, la
legalización- en cambio- de la marihuana, el combate a toda forma de
discriminación (género, orientación sexual, étnica, etc.), el reclamo de la
creación del presupuestado Frigorífico Nacional son algunas de las muchas
perlas de un discurso que mostró a una central sindical vital, fiel a sus
tradiciones y renovada a la vez. Y si digo “prácticamente impecable” y no
“impecable” es porque no estoy seguro de haber oído una reivindicación para mi
central: una Ley de Medios, de
desconcentración de la propiedad de los medios de comunicación y de democratización
de la estructura de generación y
distribución de contenidos informativos y culturales. No tengo ninguna duda de
la postura de la central respecto a este tema, por lo cual si no oí mencionarlo
es porque me distraje yo o hubo una simple omisión en la titánica tarea de
sintetizar las reivindicaciones de todos los trabajadores organizados del
Uruguay.
Justamente
el spot televisivo- de excelente calidad visual y sonora- con el fondo musical
de “La Internacional” interpretada en guitarra con ligera percusión en aire de
milongón, fue una muestra de lo que podríamos comunicarnos entre los distintos
sectores de la sociedad si no fueran siempre los mismos tres gallos los que
cantaran. Y ese spot sitúa la realidad nacional en contexto.
En el marco
de la Europa con el 25% de su población bajo la línea de la pobreza. Sin
expectativas de rápida reversión (más bien todo lo contrario). En el marco de
los USA rondando los 50 millones de
desocupados y sin expectativas de mejoras sustantivas y sustentables.
En el marco
de Evo nacionalizando la energía y Cristina los hidrocarburos. En el marco de Chávez
batallando por su salud al mismo tiempo que por el ALBA, dando un ejemplo
genuino de quien nada quiere para sí, sino todo para su gente, pues hasta la
vida pone en juego para ser digno heredero de Bolívar.
En el marco del récord histórico
de ocupación en Uruguay, de solidez macroeconómica, de crecimiento de la relacionamiento comercial y política con la
región. De una relación madura- imperfecta, como toda relación, pero donde las
diferencias se superan con madurez, reitero- tanto con Brasil como con
Argentina.
En el marco de una CELAC fuerte, con movimientos estudiantiles de toda
la región que se reunieron una vez más en Montevideo y que hace ya buen tiempo
se saben hermanos.
Con el foco luminoso de la “excepción cubana”: excepción al hambre,
excepción al desabrigo, excepción a la ignorancia, excepción al egocentrismo
consumista, excepción al “todo tiene su precio”, excepción a los trastornos
obsesivos posesivos del imperio.
Sin aventuras, sin romper, sino simplemente dándose cuenta.
Dándose cuenta que ya son muchísimas las cosas que han pasado del Río Bravo al
Sur. Dándose cuenta que ya por más que grite el señor Rajoy, nada puede hacer
cuando se le dice adiós a grandes corporaciones
españolas que obtuvieron, por obra y gracia del cipayismo neoliberal, prebendas
inmorales y predatorias. Dándose cuenta que ya no estamos donde el 1 de marzo
del 2005. No estamos los pueblos del sur, pero sobre todo, no lo están los
pueblos del norte, que han empezado a descubrir el lado más oscuro del sistema
que durante décadas los subvencionó con recursos de sus antiguas colonias o regalitos
de sus vulgares alcahuetes del tercer mundo.
Sin provocar, sin pizarrear, pero
planteando nuestro juego con convicción y fuerza. Los pueblos del sur pueden proponerse Ley de Medios
desconcentradoras del poder
comunicacional. Lo muestran Argentina y Ecuador. Los pueblos del sur pueden
conformar bloques netamente contrahegemónicos sin por ello dejar de comerciar
favorablemente con quien sea, incluso con los USA, como lo muestra la Venezuela
del ALBA. Sin ningún TLC de por medio, que éstos sólo sirven para enquistar
espinas entre la piel fraterna de los pueblos del sur. Los que pueden hacer crecer sus mercados internos,
revitalizar el rol del Estado y conformar una fuerte alianza estratégica
regional, como lo muestra paso a paso casi todo el subcontinente.
Ahora es tiempo de los
trabajadores, ahora es tiempo de los pueblos, ahora es tiempo de no dejar para
mañana lo que hace tiempo es indispensable: aparatos productivos al servicio de
la gente, trabajadores gestionando y participando en decisiones y contralores,
todas las personas iguales en derechos y deberes, políticas de seguridad
basadas en la inclusión y no en el garrote demagógico-excluyente. Todos y cada uno de los puntos de la
proclama del 1 de mayo, por cierto.
Y también una Ley de Medios como
herramienta de real democratización de la Comunicación, claro está, haya o
no sido mencionada en la proclama. No se descubrió y empezó a discutir hoy este
tema. Los trabajadores que, como dice
nuestra proclama, no queremos burocracias
ni poderes invisibles, mucho menos aceptamos la muy visible aristocracia
de la des-información concentrada al 95% en pocas familias.
No es contra nadie. Es por Usted, es por nuestros hijos, es por todos
nosotros. No se trata de callar a nadie. Se trata que no hablen siempre los
mismos en todas las frecuencias, repitiendo de mil maneras el mismo concepto
monocromático... Se trata que no sea sólo un 1 de mayo que pueda sonar
algún acorde que rememora a la Internacional y sabe a milongón en la boca. Se
trata de que haya otras voces, sensibilidades, pieles y pensares.
Hay muchos dignísimos comunicadores en todo
el Uruguay esperando por un micrófono o una pantalla y con muchísimo para
aportar, que no aceptan pagar el peaje de someterse a los privilegiados de
siempre. Ahora es de una buena vez su tiempo, para que mañana sea el tiempo de
todos nuestros hijos, verdadero tiempo de democracia y paz.
En un todo de acuerdo. Incluso se lamentó mucho de que el acto no haya sido transmitido por ningún canal, cosa que no hubiera sucedido si el PIT CNT tuviera un canal. Lamento sentir que los gobernantes temen tocar ese tema. Aquí se criticó tanto a los gobiernos que si lo hicieron desde los partidos de oposición, que parece que hay miedo a contrariarlos. Si no se hace ahora que el F.A. es gobierno qué podemos esperar cuando lo sean los blancos o colorados
ResponderEliminar